CULTURA EN VERANO EN PUERTO VARAS, VALDIVIA Y CHILOÉ
MAM de Chiloé abre gran muestra con Marilyn incluida
Cecilia Valdés Urrutia
Situado en lo alto de una colina de la ciudad de Castro, con vistas a las playas, al fiordo y a los volcanes de la Cordillera de los Andes, el Museo de Arte Moderno de Chiloé (MAM) vale una visita sólo por su entorno y su singular arquitectura de tejuelas de madera. Pero ayer sábado inauguraron, además, la esperada gran exposición de la temporada. «Se trata de una muestra con trabajos de artistas del Congo, de Cuba y de Chile», cuenta la curadora Coca González. La encargada decidió imprimirle un carácter internacional invitando a artistas con trabajos innovadores. «La decisión implicó romper las fronteras, y con ello manejar una idea de que Chiloé se desprendía de alguna manera de lo chilote». La gráfica es la técnica que convoca. Hay fotógrafos y artistas dedicados al collage y a la instalación. El concepto fue trabajar una visión libre sobre determinadas realidades sociales y/o personales.
Cada participante exhibe su propuesta en una gran sala de 100 metros cuadrados del museo. Hay proyectos muy seductores y surrealistas como el del arquitecto y artista Edward Rojas, quien hizo nuevos collages de su celebrada serie sobre Marilyn Monroe, la que expuso recientemente en Buenos Aires en la colectiva «Nuestro Sur». En esas obras -con ingenio y humor- lleva a la rubia Marilyn a visitar las iglesias chilotas, a subir a barcazas y hasta a sumergirse en el mar, junto a otras fotografías en close up desarrolladas con maestría, originalidad y logro estético.
En la antípoda conceptual, el artista congolés Samy Baloji -quien ha sido invitado a exponer en Londres- se adentra en la crítica social. Captura y juega con una imaginería en sus collages fotográficos, en los que combina paisajes industriales con retratos de congoleses y material de archivo. El tema se nutre de la realidad en las minas de carbón del Congo y de sus habitantes, muchos de los cuales fueron despedidos de éstas. Exhibe casi 20 obras, algunas de dos metros de altura.
El cubano Ariel Flores trabajó una propuesta a partir de un viaje de regreso a Cuba. «Ahí asiste a una fiesta, recoge elementos y documentos y comienza a armar una fantasía acerca de ese lugar donde no había vuelto hace mucho tiempo», relata la curadora.
El chileno Marcial Ugarte exhibe un trabajo fotográfico más íntimo y sutil. Aborda la imagen como si fuera un tapiz. Su propuesta se detiene en un micromundo que revela la estética del detalle. «Se dedica a fotografiar aspectos de la naturaleza, dando origen a una singular instalación en gran formato», precisa González.
La única artista mujer es Florencia Onetto. Trabaja el retrato a partir de elementos de la naturaleza. Es una propuesta muy delicada y de factura, que incorpora hilos bordados, texturas y papel. Hace un significativo cruce entre el collage, la fotografía y la pintura.
Domingo 17 de enero 2011 / Fuente: Diario el Mercurio