MUSEO AUSTRAL
Zancada . Edición especial Nº6 – Provincia (27.10.2011)
Por Ana Paula Aleixo de Moura
A fines de los años 80, un grupo de personas tuvo la ilusión de iniciar un emprendimiento con el objetivo de difundir el arte contemporáneo chileno. El lugar elegido: la mítica isla de Chiloé. Así el Museo de Arte Moderno de Chiloé, un proyecto que en un primer momento podría parecer una locura, se convirtió en uno de los principales centros de arte en Chile y con una condición única: el museo de arte contemporáneo más austral del mundo.
Fue en 1988 que Coca González, Eduardo Feuerhake, Edward Rojas, Luz María Vivar y Estanislao Jorquera decidieron llevar a cabo un gran sueño: fundar un museo para difundir el arte contemporáneo chileno, a 1.200 kilómetros de Santiago. Compartieron su proyecto con personalidades del mundo artístico y no sólo tuvieron una buena acogida, sino que recibieron las primeras donaciones para la colección, que hoy alberga a más de 400 obras de artistas nacionales, especialmente del período de 1987 a 1990, y del que existe muy poco registro en Chile.
Actualmente, el MAM Chiloé es reconocido nacional e internacionalmente por su propuesta artística, su edificio -premiado en la X Bienal de Arquitectura de Santiago- armónicamente integrado al entorno, y su constante búsqueda por difundir el arte independiente contemporáneo.
Tras 23 años de existencia, el museo se consolidó a través de la producción ininterrumpida de muestras estivales, e incorporó una nueva línea de trabajo: los Talleres de Residencia -abiertos a artistas de todo el mundo-, que promueven y estimulan la creación y experimentación artística en sus mismos terrenos.
En esta entrevista, el equipo del MAM Chiloé nos revela los principales hitos y aspectos que hacen de esta una institución única en Chile –y por qué no– en el mundo.
1 – Pese a tantos cambios, replanteamientos y renovaciones, el museo ha mantenido su esencia: ser un “territorio independiente del arte”. ¿Cómo logran mantener esta independencia?
En el boletín N° 5 del MAM, en el año 1996, el museo es declarado oficialmente “Territorio Independiente del Arte” y desde entonces el orgullo de saberse independientes ha aflorado, junto con la valorización de todo lo que esto significa. Ser independientes conlleva una cierta marginalidad respecto al mundo cultural oficial y un alejamiento paulatino de otros espacios similares, pero generalmente condicionados al tipo de financiamiento que los mantiene. Para nosotros, esta independencia se manifiesta en la práctica en dos importantes áreas: el complicado modelo de gestión (funcionamiento y financiamiento), y nuestra libertad ideológica (el alma del MAM), la que al no poseer ataduras políticas, religiosas o culturales, nos permite un universo de posibilidades y asegura el cumplimiento de nuestra misión original, la de exponer sin censura la obra de los artistas que son invitados a participar.
El funcionamiento del museo a lo largo de estos 23 años ha sido posible gracias al trabajo voluntario de los 5 miembros de su directorio y a la gratuidad de la mayoría de los servicios anexos requeridos por la corporación, donados por colaboradores. En suma a esto y como pilar fundamental del modelo que defendemos, se encuentra la Sociedad de Amigos del MAM, personas que apoyan nuestra iniciativa y entregan cuotas anuales con el fin de sustentar el proyecto. A pesar de esto, el museo logra sobrellevar cada año con esfuerzos que se hacen cada vez más duros, y la necesidad de nuevos recursos que nos permitan realizar la adecuada mantención y reparación a nuestras infraestructuras, así como la producción de nuevas actividades se van haciendo cada día más necesarias, por lo que seguimos postulando a fondos, solicitando a la empresa privada y emprendiendo proyectos que nos mantengan activos.
La idea de crear un Museo de Arte Moderno en la isla de Chiloé en un primer momento pudo ser vista como una locura. Sin embargo, los 5 fundadores y sus varios colaboradores “nadaron contra la corriente”, tanto en su propuesta artística, sino también en su propósito de ubicarse en una región lejana del centro del país, de muchas tradiciones y gran riqueza cultural.
2 – ¿Cuál es la influencia que tiene la ubicación geográfica del museo en su propuesta cultural y artística?
Nuestra ubicación, al sur de Chile en la isla de Chiloé, puede ser mirada en principio como una dificultad para emprender una propuesta artística como la del MAM, pero creemos que en resumen ha sido una influencia positiva para nosotros. La influencia de nuestra localización geográfica nos entrega la connotación de ser el Museo de Arte Contemporáneo más austral del mundo y por lo tanto ser un punto innovador, esperanzador y moderno. Sumada a esta condición a gran escala, la isla de Chiloé nos entrega una influencia local enorme, en que la característica insular aumenta lo extremo de nuestra ubicación y los paisajes y acervo cultural de Chiloé hacen que nos insertemos en un medio único, mágico, perfecto para el florecimiento de mitologías y utopías.
El MAM se presenta como un foco vanguardista y experimental, tanto por su propuesta como por su ubicación, llamativo para la comunidad cultural y artistas locales, nacionales e internacionales.
3 – ¿De qué manera el museo se relaciona con sus públicos, especialmente la comunidad chilota? ¿Cuál es el trabajo de integración con la zona?
En sus inicios el museo no tuvo una fácil relación con la comunidad local, ya que al ser algo completamente nuevo en el ambiente cultural de la zona, algunos grupos lo vieron como una amenaza a las tradiciones y costumbres de la isla o como una competencia u obstáculo para otros intereses. De a poco y gracias a la constante labor del museo como centro de arte, pero también al cambio generacional, la comunidad fue incorporándolo como algo propio y el asistir cada año a la inauguración de su muestra comenzó a ser parte del imaginario colectivo de la ciudad y de la isla.
El museo se ha mantenido estable, presente y abierto a la comunidad, con lo que ha terminado por ganarse su lugar y respeto. Hoy en día hay niños que han crecido en torno a la actividad del museo y éste ha significado un importante apoyo para los artistas emergentes de la zona, tanto por abrir los horizontes, como por generar instancias de participación y exposición. En múltiples ocasiones, entre los meses de noviembre y diciembre previo a la temporada de verano, se han realizado “Muestras Regionales” de arte contemporáneo, que fortalecen los vínculos de los artistas locales con la figura del museo y hacen que el MAM se integre más aún a las dinámicas regionales.
En este punto, podemos agregar también que los Talleres en Residencia han generado una nueva instancia de relación entre el museo y la comunidad, ya que muchos de los artistas que vienen a trabajar al MAM producen una obra basada en su experiencia en la isla, en trabajos con sus habitantes y en base a materiales locales.
Por último, podemos señalar que actualmente se encuentra en desarrollo un proyecto artístico que vincula al museo con los marinos chilotes, las agrupaciones portuarias y el Instituto del Mar, lo que significará nuevos lazos con un sector distintivo de nuestro emplazamiento: el mar. Este proyecto a grandes rasgos incluye una balsa trabajada por un colectivo de artistas, que si es posible incluiría un recorrido itinerante por el archipiélago, además de una exposición en el MAM.
Si por un lado la integración con la comunidad chilota es fundamental, mirar hacia fuera también cobra especial relevancia, principalmente con los nuevos procesos comunicacionales y culturales que se están dinamizando y a la vez complejizando cada vez más la relación museo-público.
Y ser el museo de arte contemporáneo más austral del mundo supone muchos desafíos pero a la vez muchas oportunidades en cuanto a su posicionamiento como una institución cultural que debe conjugar, permanentemente, la tradición y la innovación, lo local y lo global, el pasado y el futuro.
4 – ¿Cómo el MAM Chiloé busca conectarse y atraer a nuevos públicos?
Para conectar con todo el universo de actores, artistas, organizaciones, etc., que hoy en día se mueven en la órbita del arte contemporáneo, ha sido imprescindible nuestra modernización de imagen e inclusión en medios web. Tanto la página web (www.mamchiloe.cl) como las redes sociales en las que el museo mantiene presencia activa son parte importantísima de sus canales de comunicación con el público y amigos. En cuanto a nuevas esferas de público, las gestiones online de los Talleres en Residencia (proyecto en curso), prometen ser un nuevo impulso y detonante.
Asimismo, es importante para nosotros mantenernos a la vanguardia y ser testigos a la vez que apoyo para los nuevos artistas emergentes de nuestro país, por lo que para la temporada del verano 2013 se piensa desarrollar una gran muestra colectiva de jóvenes talentos.
5 – ¿Cuáles son los principales desafíos y oportunidades de ser un museo ubicado en una región, y no en una ciudad central o en la capital?
Uno de los principales desafíos de no encontrarse al centro o norte del país, sino en una región sureña, ha sido el clima, que hace que el acceso de público se concentre principalmente en un período reducido del año y que debamos enfrentarnos a inclemencias del tiempo como fuertes vientos y lluvias, los que exigen una mantención y reparación constante de nuestras infraestructuras.
Como desafío y a la vez oportunidad, el hecho de encontrarnos en una región y no en la capital del país significó que antes nuestro no había algo parecido. En Chile existe una grave disparidad en cuanto a la oferta cultural (entre otras cosas), si comparamos Santiago y el resto de las regiones del país, por lo que en nuestros inicios fuimos un ‘bicho raro’, algo extraño que aparecía ante la realidad local. De a poco y como ya comentábamos, esta extrañeza se fue convirtiendo en agradable sorpresa y el arte contemporáneo se estableció como una manifestación artística más del medio.
El estar alejados del epicentro de Chile forma parte del especial modelo del MAM y nos entrega la oportunidad invaluable de ser un escenario completamente distinto para exponer el arte contemporáneo. No sólo hay que subir desde la ciudad de Castro hasta el Parque Municipal para llegar al Museo de Arte Moderno de Chiloé, primero hay que llegar a la isla… pero una vez en los terrenos del museo, las condiciones para apreciar el arte se conjugan para que la experiencia sea única, limpia, mística y sorprendente cada vez.
(Fuente: Zancada online)