VANGUARDIA EN EL SUR CHILENO
Columna Museos – enero 2012
Por Magdalena Aninat
Cada septiembre, una construcción de cristal se ilumina sobre el río Calle Calle en Valdivia, a unos 800 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Se trata de la antigua cervecería Anwandter que en 1997 se reacondicionó como un espacio para albergar el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Valdivia. Casi cuatrocientos kilómetros más al sur, una antigua casa-fogón ubicada en las afueras de la ciudad de Castro, abre sus puertas cada noviembre exhibiendo artistas contemporáneos locales, nacionales e internacionales, que señalan el “carácter de territorio independiente” que define al Museo de Arte Moderno (MAM), en la isla de Chiloé.
El MAC de Valdivia abrió al alero de la Universidad Austral de Chile, luego de tres años reuniendo una colección de pintura, gráfica y obra experimental de artistas chilenos. A su vez, la colección del MAM de Castro también nació dos años antes que el museo abriera en 1991 en su sede definitiva. Fue el principio de un crecimiento sostenido: al año siguiente ampliaron al doble el espacio de exhibición para luego levantar un taller de restauración, una bodega para la colección que suma 300 obras, una sala de cine y talleres de residencia, donde llegan artistas de todo el mundo.
Aunque las condiciones de infraestructura les impide abrir en los lluviosos inviernos, cada primavera-verano el MAC de Valdivia y el MAM de Chiloé muestran el ímpetu que tienen estas iniciativas locales, dando cuenta que el arte contemporáneo no solo sucede en la capital de Chile.
Fuente: Revista LAN Chile (In) enero 2012 / Link a la revista / Archivo en pdf