Durante el mes de abril 2019 recibimos en los Talleres en Residencia a la artista chilena Gianna Salamanca.
La artista desarrollará durante su estadía el proyecto denominado «Saldo Migrante», que corresponde a una instalación compuesta por fotografías, dibujos, objetos y testimonios. El proyecto invita a reflexionar sobre la conservación del medio ambiente, el reconocimiento del otro, la fuerza migrante del paisaje en su estado natural y la de su rápida alteración artificial debido a la valorización que las personas individualmente otorgan al patrimonio natural, desde la temporalidad y la ficticia acción de la conversación.
SALDO MIGRANTE / “Saldo migrante” consiste en una instalación artística que explora el legado biológico y la eventual crisis medioambiental en la cual nos situamos como individuo y como comunidad, esto debido en gran medida a los artificios e intereses de la dictadura de mercado, que manipulan constantemente la estructura de la biodiversidad marina, terrestre y la del paisaje. Utilizar el arte como medio de estudio para entender la ambigüedad y pesadumbre que recaen sobre las nuevas formas de intuir las nociones sincrónicas del paisaje producto de su inmediata propagación tecnológica. Bajo esta idea la instalación propone un laboratorio visual que reúne la máxima cantidad posible de relatos y entrevistas de los habitantes de distintas zonas de chile, armando de esa forma un contexto físico y subjetivo de las nuevas reestructuraciones que ha tenido el país, desde hechos históricos hasta accidentes medioambientales. La instalación estará compuesta de fotografías, dibujos, objetos encontrados y testimonios de los habitantes de Chiloé, además de registros recopilados a partir de la exploración del campo mediante dispositivos audiovisuales, que articulen así un diálogo intrínseco entre el relato y el registro. A partir de la estrategia descrita, el proyecto invita a reflexionar sobre la conservación del medio ambiente, el reconocimiento del otro, la fuerza migrante del paisaje en su estado natural y la de su rápida alteración artificial debido a la valorización que las personas individualmente otorgan al patrimonio natural, desde la temporalidad y la ficticia acción de la conversación.